Foro galego de testemuña cívica
La tardía rectificación de Sánchez no tapa los 5.500 muertos
30-03-2020 20:08Estos días supongo que, como todo el mundo le pasa, el confinamiento total me ha llevado a leer aún más. Y así he encontrado tiempo para devorar un libro que me había comprado hacía meses con todos los artículos periodísticos de Albert Camus (À Combate, Gallimard 2002). Escuchando la intervención del presidente del gobierno español Pedro Sánchez me vino a la cabeza inmediatamente uno de los artículos que justo había leído la noche anterior. Es la editorial que Camus escribió el 30 de abril de 1947 y que lleva por título 'Democracia y modestia'.
En este artículo fabuloso señala el gran error que es en un dirigente político la inmodestia, no ser modesto. Dice que un demócrata, cualquier demócrata, debe aceptar siempre que su adversario puede tener razón y debe reconocer la aportación del otro. Porque, si no es así, entra en una vía autoritaria peligrosa que puede acabar llevando a justificar, en su caso, la violencia para silenciar la crítica.
Es por eso que Pedro Sánchez ayer perdió una oportunidad de oro, otra. Porque podría haber aprovechado su discurso para ser modesto y reconocer que tenían razón todos los que ya hace más de quince días exigían el cese de todas las actividades no esenciales. Particularmente los científicos que con tanta autoridad han insistido, pero también, políticamente hablando, el Gobierno Balear, la Generalidad de Cataluña y muy especialmente su presidente Quim Torra, que ha tenido que aguantar otra campaña personal de desprestigio innoble durante estas dos semanas. Pero no lo hizo.
No sólo no lo hizo, sino que, encima, se inventó una excusa surrealista y ridícula para no dar la razón a quienes la tienen, pero sobre todo para abastecer de argumentos partidistas a su claque de fanáticos. Para que puedan seguir defendiendo un gobierno que es evidente que hace aguas por todos los lados y puedan seguir atacando cualquier voz crítica hacia su gestión. Dijo, ni más ni menos, que ahora era el momento adecuado para el cese total, y no antes se entiende, porque ahora llega la Semana Santa.
Esto es ridículo. O insultante, ya no lo sé. Domingo de Ramos es el día cinco; hay todavía, pues, toda una semana entera para llegar. Sin tener presente, además, que la mayoría de la población está de vacaciones en todo caso a partir del miércoles, para el que quedarían todavía once días. Si de verdad se tratara de aprovechar la Semana Santa, entonces por qué Sánchez no se espera que llegue y lo activa entonces? Y si resulta que no se espera que llegue y en cambio la medida del activarán en un consejo de ministros de urgencia Lunes -y no entiendo por qué no lo activan mañana, por cierto, entonces, como quiere que no pensamos que una vez más antepone su estrategia de partido, electoral, la gestión de la realidad y que busca una excusa para no reconocer su grave error pasado?
El problema que tiene Pedro Sánchez, el problema real, duro y doloroso de que ya no podrá escapar nunca más en su vida, es que esta es una medida que su evidente falta de modestia ha hecho que llegue demasiado tarde: quince días tarde , por lo menos, y 5.550 muertes tarde, por lo menos. Porque no podemos olvidar los datos así como así, como si no hubiera que rendir cuentas.
Viernes 13 de marzo, justo antes del decreto de estado de alarma y cuando la Generalidad de Cataluña y el Gobierno Balear ya habían pedido el confinamiento total, había 2.209 casos de Covidien-19 en todo el estado español y ayer sábado 28 de marzo, eran 72.248. Viernes 13 de marzo los muertos eran 120 y ayer 5.690. Viernes 13 de marzo en el Principado, que exigía el confinamiento total, había cuatro muertos, y ayer 1.070. Viernes 13 de marzo a las Islas, que reclamaban el confinamiento total, había un muerto y ayer, 26. Y en Valencia viernes 13 de marzo había un solo muerto y ayer 234.
La política ejecutada por Sánchez al frente del gobierno español ha ralentizado y dificultado la reacción de los gobiernos que querían tomar medidas más drásticas y más rápidas, algunas de las cuales él adopta ahora en un reconocimiento implícito de su error. En esto y en recentralizar el estado con las consecuencias notoriamente desastrosas que hemos visto, especialmente respecto de la gestión del Ministerio de Sanidad. Y en declararse autoridad competente 'con la intención de controlar el discurso público tanto como sea posible y de hacer visible la amenaza autoritaria, dando todo el protagonismo a los militares. Como explica bien Martxelo Otamendi en su carta semanal a los lectores de VilaWeb, ni el PP en los peores momentos se había atrevido.
Estas amenazas o las llamadas ciegas a cerrar filas detrás del líder único, acríticamente, no funcionan ni funcionarán a la hora de detener la pandemia. Pero Sánchez debe saber también que no frenarán ni un segundo las críticas de quienes no estamos dispuestos a temblar contra ninguna amenaza ni a infantilizar
Por Vicent Partal
Vilaweb
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