Foro galego de testemuña cívica
El cazador de Caja Madrid
08-01-2015 22:21POR JAVIER CASTRO VILLACAÑAS
CASO BLESA Paciencia, reflejos y buena puntería
- Si Blesa, ex presidente de Caja Madrid, hubiera sido tan certero como banquero como con el rifle, la entidad no habría necesitado 22.424 millones.
- La historia del inspector de Hacienda que iba en moto a hacer la declaración a Aznar y acabó viviendo como un nuevo rico sin vergüenza
Una firma de ingeniería le regaló su rifle, un Blaser R93 de 10.000 euros. CRÓNICA
De todas las cacerías en las que participó Miguel Blesa a lo largo de su vida, una recobra hoy todo su significado. Tuvo lugar el 8 de septiembre de 2009 en Rumanía y se llevó por delante a un ejemplar de oso pardo común de unos 400 kilos de peso. El abatimiento se realizó en plena cordillera de los Cárpatos. Las tarifas que se pagaban entonces por cada pieza de oso rumano oscilaban entre los 15.000 y los 23.000 euros. Rumanía sigue sin permitir más de 300 licencias al año. Es un negocio vedado para los más ricos de los ricos europeos.
Por aquellas mismas fechas, el entonces presidente de Caja Madrid participaba en otro tipo de cacería, con trifulca empresarial incluida. Aunque ésta tenía como escenario los alfombrados despachos del poder político madrileño. Blesa aspiraba a un tercer mandato al frente de la caja del oso: a mediados de los 90, Caja Madrid cambió su logo y dejó únicamente la imagen de un oso, que simboliza a la capital de España.
No lo consiguió. La pelea entre la entonces presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, fue a dentellada limpia. Gallardón apoyaba a su amigo Blesa, mientras que Aguirre quería colocar a uno de los suyos: Manuel Pizarro. Intervino Mariano Rajoy y la pelea terminó en tablas: Blesa abandonó Caja Madrid el 28 de enero de 2010 siendo sustituido por Rodrigo Rato. Pero el oso verde de la entidad ya había sido derribado, estaba moribundo y feneció a los pocos meses.
La cacería del oso, en otoño de 2009, le trajo mala suerte. Cuatro meses después dejó Caja Madrid
Osos, búfalos, pumas, leones, ciervos...Donde ponía el ojo Miguel Blesa, ponía la bala. Eso sí, únicamente en el terreno cinegético, porque en los negocios no tenía tanta puntería. En concreto, su presidencia al frente de Caja Madrid (de 1996 a enero de 2010) ha quedado como una de las más desastrosas gestiones del sistema financiero español. Así lo demuestra el óbito definitivo de la caja madrileña, que contaba con más de 300 años de historia (fue fundada por el sacerdote aragonés Francisco Piquer en 1702) y su entierro final dentro del conglomerado de Bankia, entidad asimismo rescatada de la quiebra con la aportación de más de 22.424 millones de euros públicos.
Paciencia, reflejos, pulso firme y acertada puntería. Cualidades que debe poseer todo buen cazador. Pero Blesa (nacido en Linares, Jaén, el 8 de agosto de 1947) no manejaba únicamente esas habilidades para abatir sus espectaculares piezas. Necesitaba algo más y en su caso le vino regalado. Como cualquier tirador que se precie, Blesa requería de un magnífico rifle de precisión, además de un excelente visor de mira telescópica. Y los tenía.
El año 2008 Blesa cogió su fusil: un Blaser R93 de alta gama (unos 6.000 euros) acompañado de un visor Zeiss 6-12 x 72 (2.500 euros), junto a las monturas que fijaban el visor al cañón (400 cada una). Así pertrechado, con ese escudo mortífero de unos 10.000 euros gentileza de una empresa de la que había sido consejero antes de aterrizar en Caja Madrid, emprendía Blesa sus safaris de evasión.
Dos cabezas de búfalos en un safari en Argentina, en marzo de 2005. | CRÓNICA
Con un arma de estas características es difícil errar el tiro. Las fotos que hoy publica Crónica así lo demuestran. Corresponden a algunas de las cacerías en las que participó a lo largo y ancho del mundo. También debía ser difícil equivocarse al estar al frente de la cuarta entidad financiera del país. Pero en este caso, Blesa no estuvo tan acertado y los tribunales investigan a día de hoy si, además de negligencia, pudo existir alguna conducta delictiva por parte del impetuoso cazador linarense. Si el presidente de Caja Madrid hubiera sido tan certero como banquero como con el rifle que le regalaron, la entidad no habría necesitado 22.424 millones para salvarse de la quiebra.
En la semana en que algunas informaciones periodísticas (publicadas por la web InfoLibre) le vinculan hasta con supuestas operaciones de venta de armamento, esta es la historia --con fotos e emails-- del inspector de Hacienda que iba en moto a hacer la declaración de la renta a Aznar y acabó viviendo como un rico sin pudor. Crónica ha accedido a documentos del sumario abierto por la compraventa de un banco en Florida. Allí no sólo aparecen los safaris del mandamás, sino hasta su presunta mediación en operaciones de venta de material de aviación (civil y militar) a Cuba, Siria, Venezuela o Argelia... El rastro del banco de Miami, ese que con tanto ahínco siguió el juez, parece hoy aún más alargado.
Blesa con un león en Tanzania.
«Pancho me dijo que ya tienes tu rifle maravilloso y que lo quería poner a tu nombre desde el principio; ya te habrá contactado pidiéndote copia de tu licencia; debes mantenerte ignorante de todo hasta el final». Este texto es tan sólo una parte de un correo del presidente de la empresa de equipamiento aeroespacial EINSA, Pedro Rodríguez Pla, a Miguel Blesa en 2008 (todavía era presidente de Caja Madrid) y que forma parte del sumario que, empezado en su día por el juez Elpidio Silva, se sigue contra él por la compra del City National Bank de Florida ese mismo año. El correo va acompañado de unas fotos de Blesa con directivos de EINSA, su antigua compañía, portando el fusil en su sede de la empresa, en Alcalá de Henares.
Infolibre informaba esta semana de una supuesta intermediación del ex presidente Aznar en la venta de equipos de ingeniería aeroespacial de EINSA en Argelia, Libia y Venezuela. En estos negocios participaría también un hermano de Alejandro Agag, yerno de Aznar. EINSA diseña y fabrica vehículos y equipos de alta complejidad tanto para la aviación civil y militar. Miguel Blesa fue consejero de la empresa entre marzo de 1991 y enero de 1997. Crónica ha tenido acceso a varios correos donde los responsables de EINSA ofrecen la participación de Caja Madrid en diversas operaciones.
Una de ellas se refiere a la financiación de un acuerdo comercial con la Aviación Cubana para el suministro de todos los equipos de handling que necesite la compañía durante cinco años, a razón detres millones al año. «Por si esta operación fuese de vuestro interés, hemos incluido en nuestros precios franco fábrica un 3% para vosotros, para que de esta forma, vuestra oferta pueda resultar tan atractiva o más que la del Sabadell», se dice a Blesa en el correo.
Aznar emitió un comunicado en el que negó que «concluyera ningún contrato o encargo de EINSA» y donde rechaza que «hubiera recibido retribución o comisión alguna por parte de dicha compañía». Miguel Blesa, por su parte, no se ha pronunciado sobre estas informaciones.
El marrón de Florida
Además, la Audiencia Provincial de Madrid consideró el pasado junio que existían razones para investigar la adquisición del banco de Florida por la caja, pero entendió que el instructor que investigaba el caso, José Elpidio Silva, debió enviar a reparto una nueva denuncia que había presentado el sindicato Manos Limpias (Silva ya investigaba otra del sindicato contra Blesa y Díaz Ferrán por unos créditos de 24 millones al entonces presidente de los empresarios y, además, consejero de la entidad).
En la actualidad dos juzgados de Madrid se resisten a instruir el caso Blesa. La última palabra la tiene ahora la Audiencia Provincial y no se descarta que prevalezca el criterio adoptado en primera instancia por el juez Elpidio Silva: que todo el caso corresponda al juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional, quien tramita la presunta estafa cometida en la comercialización de las preferentes y la salida a Bolsa de Bankia desde las oficinas de Caja Madrid.
El tema es aún más lioso, pues entre medias la Audiencia Provincial también admitió una querella presentada por el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix --amigo del ministro Alberto Ruiz Gallardón-- contra el juez Elpidio Silva. ¿Los motivos? Presuntos delitos de prevaricación, retardo malicioso de la administración de Justicia y delito contra la libertad individual de las personas por haber ordenado el ingreso en prisión en dos ocasiones del cazador Blesa.
Miguel Blesa de la Parra llegó a Caja Madrid de la mano del PP y por esa misma puerta del PP se tuvo que marchar. Él nunca habría ocupado el despacho principal de una de las torres inclinadas de la plaza de Castilla si el destino no le hubiera cruzado, en la Academia CEU de Madrid, con quien llegaría a ser presidente del Gobierno de España. En ese centro de estudios conoció a Aznar enlos 70, cuando ambos preparaban oposiciones al cuerpo de inspectores de Hacienda. Aznar ha comentado en sus memorias que eligieron el mismo primer destino y sortearon los pisos que ocuparon en un bloque de viviendas en Logroño. Su amistad se mantuvo en el tiempo. Incluso se ha comentado que, ya metido Aznar en política, Blesa recorría Madrid en moto para supervisar las declaraciones de la renta de sus amigos Aznar y Juan Villalonga. Hasta esos extremos llegaba su estrecha amistad.
Blesa es el paradigma perfecto de la politización y destrucción de las cajas de ahorro por parte de los partidos y sindicatos. Fue nombrado consejero de Caja Madrid en 1993, pero no fue hasta 1996, tras la llegada del PP a La Moncloa, cuando alcanzó la presidencia. Para ello se tuvo que articular un pacto, que se mantuvo durante toda su presidencia, con CCOO e IU. Llegó a tener como vicepresidente a un ex miembro del prosoviético Partido Comunista de los Pueblos de España, José Antonio Moral Santín. Con ese acuerdo, IU y CCOO ganaron fuerza en el consejo y Blesa se garantizó la paz social y la mayoría para sacar adelante todas sus propuestas.
En esta época, Blesa se dedicaba a la caza mayor: como en Argentina en marzo de 2005 (en los emails aparecen fotos suyas, sonriente al lado de un puma joven sobre una roca y sentado frente a dos cabezas seccionadas de unos enormes cornúpetos) o en Tanzania en agosto de 2006 (posa más que orgulloso tras haber abatido un bisonte gris, y también junto a un león de edad muy avanzada, ya muerto). Al mismo tiempo, con el apoyo de CCOO, actuó como un auténtico tiburón financiero y se olvidó de la labor principal de las cajas: su finalidad social. Durante su presidencia se fueron aprobando unos planes estratégicos cuyo único objetivo era promover el endeudamiento familiar (con redondeo ilegal de los tipos de interés, según los tribunales) y la entrada en el accionariado de grandes grupos y multinacionales: Telefónica, Endesa (donde consiguió un pelotazo tras la OPA de Gas Natural), Iberia, MAPFRE, NH, Indra...
Esa política permitió a Blesa el acceso directo a consejos de administración de las grandes compañías como ACS, FCC, Dragados o las ya participadas por la caja como Endesa o Iberia. Las plusvalías de estas inversiones elevaron el beneficio atípico de la entidad durante varios ejercicios, ocultando la realidad de sus balances: no se reservaron los necesarios depósitos ni se garantizaron debidamente los préstamos concedidos. La fiebre del ladrillo le llevó a contraer agujeros históricos como el de la inmobiliaria Martinsa, a la que prestó 1.000 millones, o la compra deficitaria de la firma hipotecaria Su Casita de México.
Con ella habría intermediado en ventas de aviación militar a Cuba, Siria o Venezuela, recoge el sumario
Y, al final de su mandato, en abril de 2008 (meses antes de recibir el regalo del fusil Blaser R93) el consejo de Caja Madrid aprobó la compra del 83% de las acciones del City National Bank of Florida (CNBF). El coste total de la operación, cerrada dos años después por Rato, cuando se adquirió el 17% restante, alcanzó la friolera de los 1.449 millones de dólares (unos 1.100 millones de euros). Según un informe del Banco de España del 19 de abril de 2010 y que forma parte del sumario, Caja Madrid fraccionó la operación (83% primero y 17% después) para eludir el preceptivo control de la Comunidad de Madrid.
En aquella época ya estaba abierta su batalla personal contra Aguirre. La Comunidad no era partidaria de que la caja usara los 2.200 millones de plusvalías de la venta de Endesa para su expansión internacional. Además, el Banco de España criticó en su informe el sobreprecio pagado por la compra del banco, así como otras irregularidades. En mayo, Bankia logró cerrar la venta del marrón de Blesa al vender el CNBF al BCI chileno por 683 millones de euros.
Y es que Blesa ha manifestado desde siempre una obsesión enfermiza por Florida, así como por las pieles de los animales que cazaba. Una querencia que ha contagiado a su actual mujer, Gema Gámez Pérez, de 40 años y antigua empleada de Caja Madrid, con la que contrajo matrimonio hace unos meses. Gema Gámez es la única accionista de una empresa constituida en 2011, dedicada a la moda y a la peletería animal, denominada Octubre en Florida S.L.. Además de poético, toda una declaración de pasiones.
Como se ha señalado, durante el año 2007 Caja Madrid obtuvo, gracias a las plusvalías, un beneficio neto atribuido de 2.860 millones. A partir de entonces, la caída se hace imparable. En 2009, año de la cacería del oso rumano, los beneficios sólo alcanzaron los 266 millones. Este año sufrió la más alta tasa de morosidad de la banca española, el 5,7%. Una cifra claramente por encima de la media del sector, que llegó al 4,7%, y del resto de cajas: el 4,78%.
La caza del oso no ha traído suerte a Blesa. Su buena estrella cambió de dirección. Una especie de venganza del oso rumano y, cómo no, del oso verde de Caja Madrid. Tan solo unos meses después, en enero de 2010, abandonó la presidencia de la caja. En mayo de 2012 el Gobierno nacionalizó Bankia y un mes después se inició un proceso en la Audiencia Nacional donde comenzaban a agruparse todos los casos relacionados con la venta de las preferentes y la salida a Bolsa de la entidad.
2,5 millones en 24 horas
En mayo de 2013 tuvo lugar su primer ingreso en prisión, decidido por Silva tras una denuncia de Manos Limpias por el crédito a Díaz Ferrán. No llegó a estar 24 horas en prisión: reunió la fianza de 2,5 millones y salió en libertad. Fue cuestión de días, porque el juez Silva le volvió a citar el 5 de junio de 2013, esta vez por la compra del banco de Miami.
Los abogados de Blesa ya habían recusado a Silva, pero sólo por el caso de Díaz Ferrán. El juez decretó su ingreso en prisión sin fianza por delitos societarios, administración desleal, falsedad en documento y posible apropiación indebida. Quince días después, la Audiencia Provincial anuló la causa contra Blesa afirmando que era desproporcionada. Más tarde, la Fiscalía de Madrid presentó una querella por presunta prevaricación contra el juez Silva.
Lo que a nadie extrañó fue la facilidad con la que Blesa reunió, en un tiempo record, 2.5 millones para su primera fianza. Blesa es uno más de los millonarios españoles surgidos al calor de la quiebras de las cajas. Al llegar a la presidencia, Blesa tenía un sueldo de 70.000 euros. Al poco tiempo ya ganaba 1,2 millones. Al finalizar su mandato, llegó a cobrar entre sueldo e indemnización 12,44 millones entre 2007 y 2010. Además el consejo de administración aprobó que Blesa tenía derecho a otros 2,8 millones de indemnización por el abandono de la caja. La intervención del Estado tras la nacionalización de Bankia anuló estos acuerdos.
Y es que a Blesa siempre le gustó vivir bien durante su etapa al frente de Caja Madrid. Como ejemplo de este modus vivendi de lujo quedan la compra de una lujosa mansión en Miami por la que la caja pagó 10 millones de dólares, la compra de un BMW serie 7 blindado que costó 510.000 euros y que, según declaró ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, «le resultaba incomodo»... Y, por supuesto, sus aventuras cinegéticas de caza mayor. ¿Pagaba él?
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